La magia del soñar no es una necesidad del cuerpo, es una curación para el alma. Por eso aquí siempre intenté mostrar su lado mejor: mi reconciliación con la vida y con cada uno de los momentos vividos.
Porque ya aprendí que la lucha sin cuartel contra los demás o contra uno mismo es vaciar de sentido todo.
Te amo y, sin más, así viviré.
Lamento no haber sabido hacerme entender siempre.
Yo te amo. Nunca te olvidaré. No tiene sentido ya luchar contra ello.
Eternamente, en mi corazón,