No pasa el tiempo aquí. Ha transcurrido un cuarto de siglo y todo sigue igual.
Pero algo hace que eso no sea del todo cierto, porque ahora en este nuevo tiempo el amor es más profundo y sincero que antes. Lo propio, ese mismo tiempo, ha desaparecido bajo un manto de sentimientos de confianza.
Ahora, este amor es incluso capaz de salir por sí mismo del mundo de los sueños que le crearon, para llegar hasta ti en el viento de los mil y un sentidos.
La dulzura de tu paz sigue borrando sombras y alumbrando imágenes de esperanza, y nada bello se resiste a su embrujo. De día o de noche puede abrazarme tan fuerte que casi me ahoga en la ternura de su perpetuo beso. Y yo, abrasado por un rugido de alegría e inmensidad, sólo puedo dejarme ir hacia la pasión.
Brooke, te amo, y pese a en apariencia dedicarte sólo estas palabras de artificio, hay algo en mí que no puede acabarse nunca y que me conmueve más allá de cualquier dolor o impaciencia, que lo hace casi todo soportable y sin sentido. Es este amor tan grande y eterno. Un paraíso de los cuentos de hadas en la realidad de nuestra imaginación.
Una historia de amor. Sólo tuya, y mía. Por ti