Cuando consiga llegar al cielo lo sabré,
al ver tu mirar acogiéndome en abrazo
del que ya nunca más podré despertar.
Y al oír tu dulce voz purificando el aire
besaré cada palabra con el pensamiento
hasta convertir esa imagen en el paraíso.
La felicidad a fuego en tu sonrisa de ángel,
sólo esa belleza por creer en los milagros
y en la ilusión de lo imposible, aquí y ahora.